COMENTARIOS AL LIBRO: “AUTONOMÍA Y DERECHOS INDÍGENAS EN MÉXICO” DE FRANCISCO LÓPEZ BÁRCENAS

Museo de la ciudad de México, 16 de febrero de 2016

Guadalupe Espinoza Sauceda

Francisco López Bárcenas en el libro hace un recuento histórico de cómo ha sido tratado el asunto indígena por el Estado mexicano, así de como se ha concretizado en la legislación nacional dicho trato, para llegar a la actualidad con temas de los cuáles busca su verdadero significado en consonancia con las demandas de los pueblos indígenas, como:

México Pluricultural. “El reconocimiento de la pluriculturalidad debería obligar al Estado y a la sociedad a reconocer a los pueblos indígenas como sujeto de derecho colectivo”.

En México tenemos una sociedad que se declara multicultural pero actúa como si no fuera.

Los pueblos indígenas lo que reclaman es su reconocimiento como seres iguales pero diferentes. Es el derecho como pueblos.

Autonomías. “Los pueblos indígenas no ignoran que para la construcción de las autonomías sus prácticas políticas van a contrapelo de una legislación que minimiza la posibilidad de su ejercicio hasta casi pulverizarlo, al grado de colocarlos fuera de las reglas legales dictadas por el Estado; saben el régimen político actual no cuenta con políticas públicas que las favorezcan, sino otras de carácter asistencial que las niegan y que el tránsito a la democracia sigue siendo una asignatura pendiente en muchos sentidos.

“Con su lucha por la autonomía los pueblos y comunidades indígenas trascienden las visiones folcloristas, culturalistas y desarrollistas que el Estado impulsa y que muchos todavía aceptan pasivamente.” Además “se requiere desmitificar el carácter ‘neutral’ del Estado y mostrar su carácter de clase, evidenciando que se encuentra al servicio de la clase dominante y los agentes políticos, económicos, sociales que lo sustenten”.

El eje central de sus luchas, el que da sentido a todas sus demandas, es la autonomía y alrededor de ella la defensa de sus territorios y los recursos naturales en ellos existentes.

Refundación del Estado. El problema de fondo es que el Estado se refunde, lo cual no será posible si no toman en serio a los pueblos indios. Se requiere un nuevo pacto social, para lo cual los Acuerdos de San Andrés no lo son todo. Son solo el comienzo.

Una reforma constitucional más que modificar el orden jurídico transforma las bases políticas sobre las que descansa. La reforma indígena no se trataba de un proceso para transformar una ley que otorgara más derechos individuales a las personas que pertenecen a un pueblo indígena, sino de reconocer nuevos sujetos de derechos con derechos específicos. Se trata de reconocer matrices culturales, con todo lo que ello implica, se trata de reconocer derechos a los pueblos originarios.

Nueva relación con el Estado mexicano y la sociedad. “A contrapelo de esta realidad, el gobierno mexicano se ha apropiado de su contenido y habla de una ‘nueva relación entre los pueblos indígenas y el gobierno’, así como de elaborar ‘políticas transversales’, con la participación de los interesados, cuando en realidad sigue impulsando los mismos programas indigenistas de hace años que los pueblos indígenas rechazan.”

Estado monocultural.  Tenemos un Estado de “carácter monocultural y de clase, que responde a los intereses de los grupos económicos y políticos que le dan sustento.”

El trato que les ha dado históricamente el Estado mexicano a los pueblos indios es que reconoce su existencia pero no sus derechos o, en el mejor de los casos, estos se reconocen siempre que no se puedan ejercer.

Los partidos políticos. El gobierno federal y los partidos políticos, con rarísimas excepciones, siguen mostrando escasa voluntad para salvar una añeja deuda con los descendientes de los habitantes originarios de nuestro país.

Presupuestos. ¿Quién le da seguimiento a las partidas presupuestales que se deben asignar por el Estado federal, los estados y los municipios a los pueblos y comunidades indígenas?

Reconstitución de los pueblos. Dentro de las facultades de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) está la de impulsar la reconstitución de los pueblos ¿Lo está haciendo realmente?

Como dice Francisco López en el libro que presentamos “Las autonomías son cuestiones de derecho, no de políticas. Crean obligaciones del Estado con los pueblos indígenas, no le dan facultades para que desarrolle las políticas dirigidas a ellos y que a él le parezcan convenientes”.

Argumenta también: “No se ve cómo el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el movimiento indígena podrían aceptar una legislación que simula reconocer a los pueblos indígenas y sus derechos cuando en realidad los niega, que establece más prerrogativas para los gobiernos a fin de que extiendan programas y políticas que mantienen y mediaticen su lucha por sus derechos.”

Finalmente y con esto cierro, Fco. López Bárcenas en el libro hace alusión que la legislación federal aprobada con posterioridad a la reforma constitucional de 2001 demuestra que la negación del Estado para reconocer la personalidad jurídica de derecho público y los derechos territoriales de los pueblos indígenas no fue un problema de desconocimiento del tema sino de la posibilidad de abrir paso a una política estratégica de privatización de los recursos naturales, específicamente las tierras, las minas, los recursos forestales, el agua, los recursos genéticos y el conocimiento tradicional asociado a ellos, etc. Así lo demuestran las reformas que se han realizado a las leyes que regulan esas materias, las que invariablemente las desregulan de tal manera que las transnacionales puedan invertir libremente.

Con una reforma constitucional que no reconoce los derechos de los pueblos indígenas y una legislación secundaria que camina en esa misma línea, a los pueblos indígenas no les ha quedado más camino que la construcción de autonomías en los hechos.

CONCLUSIONES

Los derechos culturales sí se reconocen, (digamos que estos ya están suficientemente reconocidos, como la lengua, la cosmovisión, la cultura, la identidad), más no los económicos y los políticos limitadamente.

El Estado mexicano procesó la demanda de los pueblos indios por la autonomía hasta diluirla o hacerla casi nula en la práctica y ahora tenemos un indigenismo de derecha.

La autonomía indígena reconocida actualmente en la constitución los aísla y no les permite ser sujetos plenos, pues solo se les permite para asuntos internos, y se les debe reconocer el manejo de sus territorios y recursos naturales. Autonomía implica disponer de los medios para subsistir, sin ellos es nugatorio el derecho.

En los últimos días se oyen voces de diputados federales que van a enviar una iniciativa de reforma al artículo 2 constitucional para reconocer como sujetos de derecho público a los pueblos indígenas, aquí lo importante es que se les reconozca como entes de gobierno, con atributos legales, facultades, etc. lo cual implica reformas a otros artículos de la constitución, es decir, para qué o qué pueden hacer como sujetos de derecho público, porque conforme al artículo 2 constitucional ya lo son aunque de manera limitada, si se va a ampliar para cumplir con las demandas y expectativas de los pueblos indígenas bienvenida. Ya muchas legislaturas de los estados y las constituciones locales reconocen a los pueblos y comunidades indígenas como sujetos de derecho público, a manera de ejemplo los estados de Oaxaca e Hidalgo ¿y qué ha cambiado en esos estados?, ¿Ha cambiado la situación de dichos pueblos y comunidades indígenas? lo que se requiere es reconocerle facultades en los asuntos que les conciernen a los pueblos.

Ese es el reto que hoy tenemos, que el Estado sea pluricultural de verdad, en serio y se requiere la participación de todos los mexicanos, no sólo de los pueblos indígenas.