¿ES UN SUEÑO COMER SANO?

Por Rodolfo González

No estoy  soñando. O sí.

La conciencia alimentaria y el consumo responsable cada vez se extiende más. Que cada día hay más gente que prefiere lo local, artesanal, orgánico, casero.

Ahora preferimos consumir al vecino o al del pueblo aledaño. Que nos inclinamos hacia los alimentos libres de pesticidas, productos silvestres o hechos a mano.

Sí, la tendencia social se dirige a la producción de autoconsumo, soberanía alimentaria o autoabasto alimentario. A pesar de que tenemos encima a las grandes corporaciones favorecidas por los gobiernos como Aurrera, Farmacias Guadalajara u Oxxos, los Tiangusi proliferan, se extienden, se aclientelan y se fortalecen. Paralelamente, la agricultura orgánica y urbana crece, más y más familias descubren el valor de comer sano, de cosechar alimentos propios y limpios.

En el Limón, Jalisco, por ejemplo, hay un Tianguis cada Domingo. Si bien la mayoría de puestos son de chacharas, ropa, artículos personales etc, dentro de él, hay también tres puestos que venden alimentos, dos de ellos comida preparada como tacos, flautas, tamales, etc. El otro ofrece tamarindos, galletas, maíz, tortillas, shampoos de amole, manzanilla, miel, avena, granolas, jamaica, limones, miel, jabón de café, sábila, fruta de temporada, humus de lombriz, composta, semillas y hasta asesoría gratis para aprender a elaborar compostas, biofertilizantes y autonomía.

Ya no son los tiempos del consumo desenfrenado. Hemos comprendido que los recursos naturales se están degradando y pueden llegar a su límite. Aunque las responsables de la crisis climática son las grandes corporaciones agroindustriales, junto con el modelo de producción extractivista y devastador las y los ciudadanos consientes seguimos prefiriendo la ruta de la vida.

En los pasillos del CUCSUR, en Autlán, Jalisco cada Viernes se realiza el Tianguis Regional de productos orgánicos que logra juntar más de 10 familias de distintos Municipios que ofrecen una gran diversidad de alimentos. En el Grullo, sigue resistiendo la indiferencia de los ciudadanos el pequeño pero gran Tianguis de productos locales cada segundo sábado de mes y la agricultura urbana como menciona el compañero Carlos Palomera es una propuesta muy motivadora. En Unión de Tula crece la cantidad de agricultores que están generando sabiduría a partir de su transición hacia la agricultura libre de químicos y ahora nos ofrecen avena, trigo, maíz, lechuga y jitomates sin químicos.

En las comunidades cercanas como  Lagunillas, Zenzontla, Puerta de Barro, La Ciénega, Rincón de Luisa existen varias personas que conservan y fortalecen la diversidad de maíces y de conocimientos ancestrales para la producción de diversidad y soberanía. Un poco más lejanos, compañeros y compañeras de las comunidades de San Isidro, Jiquilpan, Alista y El Jazmín conforman la Red de Productores Orgánicos del Llano en Llamas que dos veces al año  han realizado exposiciones y ferias agroecológicas en el marco de sus fiestas patronales.

No es un sueño, o quién sabe.

Pronto veremos a nuestros hijos reproduciendo la vida en la tierra, recreando la sabiduría de sus padres, diversificando la tierra mientras vemos como la agroindustria se declara en quiebra y acepta que su propuesta nunca fue una alternativa de desarrollo sino sólo un egoísta negocio oligarca que pretende despojarnos del conocimiento, de la salud, de la fertilidad  y la diversidad.

Vamos soñando juntos, creer es crear y nombrar es llamar.