Contra el saqueo y la violencia del narcoestado, pueblos y organizaciones auto convocan a defender el agua, la vida y el territorio.

En la Ciudad de México, los días 17 y 18 de agosto de 2024, la Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas Samir Flores Soberanes, ex INPI edificio ahora tomado por la Comunidad Otomí en exigencia de soluciones a su problema de vivienda. Este espacio fue testigo de la 5ª Asamblea Nacional por el Agua y la Vida. Más de 800 personas provenientes de 22 estados de México y de 12 países se reunieron para continuar la defensa de los territorios, el agua y la vida misma. A través de esta Asamblea, se reafirmaron las resistencias frente a los megaproyectos que amenazan a las comunidades indígenas y campesinas en todo el país.

La militarización y los megaproyectos: La guerra continua

Uno de los puntos centrales fue la denuncia del actual modelo de desarrollo impulsado por el gobierno mexicano, que consideran una continuidad de la agenda neoliberal. Proyectos como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y el Proyecto Integral Morelos fueron señalados como mecanismos de despojo y destrucción de los territorios indígenas, todo ello bajo la justificación de “Bienestar”. Estos megaproyectos no solo atentan contra la tierra, sino que están directamente relacionados con el incremento de la violencia, la militarización y la presencia del crimen organizado en las comunidades.

El asesinato de Samir Flores Soberanes en 2019, una figura clave en la lucha contra el Proyecto Integral Morelos, fue recordado como un trágico recordatorio de que la guerra contra los pueblos continúa desde el poder federal. La Asamblea también denunció el papel del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), al cual acusaron de ser cómplice en la simulación del diálogo y de legitimar la imposición de proyectos que benefician a las industrias extractivas y megaproyectos.

Resistencias en todo el país

Desde la Península de Yucatán, donde los pueblos mayas luchan contra la contaminación de sus ríos y la destrucción de sus territorios por el Tren Maya, hasta Michoacán, donde la comunidad de Santa María Ostula enfrenta la violencia del crimen organizado vinculado a las mineras como el caso de Ternium vinculada a la desaparición de Ricardo Lagunes, defensor de derechos humanos; y Antonio Díaz, líder comunitario de Aquila. En Chiapas, los pueblos zapatistas continúan enfrentando la guerra que ha provocado desplazamientos y desapariciones, pero también muestran la posibilidad de otro mundo posible, resistiendo junto a otros pueblos.

La Asamblea también expresó su solidaridad con la comunidad otomí residente en la Ciudad de México, que ha sufrido una cantidad innumerable de acoso por sostener la Casa Samir Flores Soberanes como un espacio de lucha y resistencia. En Guerrero, las familias de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa fueron reconocidas por su dignidad y su continua demanda de justicia, a pesar de las mentiras del gobierno actual.

La continuidad del despojo y la criminalización

La declaración final de la Asamblea dejó claro que, a pesar del cambio de gobierno, la guerra y el despojo no han terminado. Se denunciaron los planes de reordenamiento territorial y las consultas simuladas promovidas por el INPI, así como la criminalización de los defensores del territorio. Se exigió el cese de la persecución en contra de las comunidades indígenas, como el caso de nueve personas zapotecas y mixes en el Istmo de Tehuantepec y el campamento Tierra y Libertad en Mogoñe Viejo.

Asimismo, se hizo un llamado a la acción, convocando a jornadas de lucha en todo el país, incluyendo la acción convocada en el Istmo del 10 al 12 de octubre sobre el 

Encuentro Continental Contra Gasoductos y en Defensa de los Territorios de los Pueblos Originarios, solidarizarse con la jornada de lucha de las Madres y Padres de los 43, una movilización nacional por justicia para Avelino Soberanes el 21 de agosto, y la marcha nacional convocada por la UPVA 28 de octubre el 13 de septiembre. 

El agua es sagrada, la resistencia es vida

“Para los pueblos, el agua es sagrada, nos da vida, nos da existencia,” se afirmó en la declaración. Frente a los planes de las industrias y el Estado, que ven el territorio como un recurso a explotar, los pueblos originarios reafirmaron su compromiso de defender el agua, la tierra y la vida. “Si el agua muere, nosotros y la vida toda se acaba,” declararon, recordando que su lucha es también una lucha por la vida frente al capitalismo extractivista.

La 5ª Asamblea Nacional por el Agua y la Vida concluyó con una firme declaración de resistencia: “Luchar por la Vida es luchar contra el capitalismo.” Las comunidades indígenas, campesinas y urbanas presentes reafirmaron su compromiso de continuar defendiendo sus territorios y de enfrentar los desafíos que el próximo sexenio les presentará.

Como medios libres recuperamos un valioso testimonio de lucha en cada una de de la Asamblea Nacional por el Agua y la Vida, en esta 5ta emisión nos conectamos a los servidores autónomos de espora.org y yanapak.org. Actualmente resuenan los programas y otras recopilaciones de audios en:
radiobot.yanapak.org/public/aguayvida.

Video clausura de la 5ta Asamblea Nacional por el Agua y la Vida.

Escucha los repositorios:

Isabel, Comunidad Otomí:

María de Jesús Patricio, CNI-CIG:

Anselma Margarito:

Madres y Padres de los 43:

Fili:

Compañeros Yaquis:

Carlos Beas:

Álvaro, península de Yucatán.

Pedro Mercado, Ostula:

Clausura ANAVI:

Especial Represión UNAM:

Entrevista Hortensia Telésforo:

Entrevista CNI Milpa Alta:

Pueblos Unidos, Juan C. Bonilla:

Entrevista Omar Esparza, MAIZ:

Compa de la Sexta:

Entrevista Violcleta:

Entrevista a Jesús Placido, CIPOG-EZ:

Entrevista Isabel, Comunidad Otomí:

Rosa María, Raíces en resistencia:

Entrevista Alejandro, Radio Zacatepec:

Entrevista a Lengualerta:

Entrevista Cintia, Cultiva ya:

Entrevista Grupo de Apoyo Miguel Peralta:

Programa de Regeneración Radio:

Colectiva Cihuacoatl: