DE TRANSGÉNICOS, ABEJAS Y DERECHOS HUMANOS

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“Los neonicotinoides son  pesticidas usados en más de 120 cultivos (frutales, vegetales, maíz, canola, gramíneas). Se disuelven en el agua y pueden ser aplicados en el suelo o se recubre la semilla con ellos. Al nacer la planta el insecticida  se propaga por todas sus partes y permanece ahí toda su vida. Cuando las abejas llegan a recolectar el polen su cuerpo entra en contacto con el pesticida que le ataca su sistema inmunológico, afectando su habilidad para navegar, entorpeciendo así su camino a casa. Si no llega, tampoco llega el alimento y la colonia sufre, pero si es capaz de arribar con su cuerpo y polen contaminados, entonces toda la colonia se contamina.”

Por:  Antonio Ávila Rosas, Profesor Normalista Rural.

En febrero del 2013, asistí a un debate organizado por “Yo soy 132 Ambiental” sobre los Pros y Contras de la siembra de  transgénicos en el Auditorio de Ciencias Exactas en  Ciudad Universitaria.  Desgraciadamente,  los defensores de los llamados organismos genéticamente modificados no se presentaron, decidieron perder por default. Para asumir la defensa habían sido invitados funcionarios de la SEMARNAT, SAGARPA y de la CIBIOGEM.


Esa mañana, para manifestar su oposición a esta clase de producción agrícola acudieron Antonio Turrent (Científicos Comprometidos con la Sociedad), Silvia Ribeiro (ATTAC), Peter Roset (asesor de Vía Campesina) y Álvaro Mena. Este último agricultor-apicultor del Estado de Campeche, quién en su turno hizo la denuncia de lo que estaba ocurriendo  en su Estado. Mostró fotos de cientos de abejas muertas, atribuibles, según él, a la siembra de soya transgénica que estaban llevando a cabo un grupo de Menonitas.
Pensé que era un hecho aislado, de cualquier manera me interesé en el tema y me puse a investigar. Lo primero que aprendí fue la gran importancia que tiene éste pequeño insecto en la agricultura, ya que, con su trabajo incesante de recolectar polen ayuda también a polinizar las plantas que visita. Se estima que de cada tres alimentos que consumimos uno de ellos ha sido polinizado por las abejas. Más allá de la miel, el polen, el propóleo, la jalea real y la cera que fabrican, su importancia principal radica en su tarea de polinización donde es acompañada por abejorros, mariposas,  colibríes y algunos mamíferos como el murciélago. Albert Einstein al referirse a su importancia dijo: “Si las abejas desaparecieran de la Tierra, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida; sin abejas no hay polinización, ni hierbas, ni animales, ni hombres”. Afortunadamente, Einstein ya pasó a mejor vida y se evitó un gran disgusto si hubiera conocido la posición de Monsanto sobre la desaparición de las abejas cuyos directivos  ni se inmutaron cuando se les dio a conocer esta noticia y alegremente exclamaron que “ellos podrían reemplazarlas con… abejas drones”. Negocios son negocios. Hurgando en el tema de las abejas encontré información de que a partir de la temporada invierno –primavera del 2006-2007 comenzó un descenso dramático de estos insectos en todo el mundo. Los investigadores le llamaron “El Síndrome del Colapso Global de las Abejas”.
Varios posibles culpables fueron señalados, entre ellos se mencionaron: los campos electromagnéticos, algunos productos químicos, el stress, el  Varroa, el Noseme Ceranae, la contaminación del aire y los neonicotinoides.Después de un lustro de intensa búsqueda que culminaron con  dos investigaciones realizadas en Europa en el 2012,  una en el Reino Unido y otra en Francia, se logró achicar el cerco sobre éste abejicida y, al fin, conocer su identidad.
En la primera se expuso a colonias de abejorros de la especie común Bombus Terrestris al insecticida Imidacloprid, perteneciente al grupo de los neonicotinoides y, el grupo de control que  no fueron expuestas a insecticida alguno. Los resultados fueron los siguientes:  las colonias expuestas al neonicotinoide pesaban menos, lo cual sugería que había entrado menos comida, pero lo más dramático y aclarador fue el hecho de que en ellas había una reducción en la producción de reinas de un 85%!!!  El segundo trabajo de investigación fue realizado en Avignon Francia, ahí, a las abejas estudiadas se les adhirió un microship  para poder seguirles su rastro y se les suministro una pequeña dosis no mortal de otro neonicotinoide llamado Tiametoxam. El resultado fue que los insectos a los que se les suministró la  dosis tuvieron de dos a tres veces más probabilidades de morir fuera de sus colmenas debido a que el insecticida había interferido con su sistema de orientación. Debido a esto, en Europa, estos neonicotinoides han sido prohibidos.
El misterio parecía haber sido despejado pero, como para que ya no hubiera duda, otro hecho acaecido en el oeste de Estados Unidos confirmaría lo anterior. Una mañana de junio del 2013, en Wilsonville, población colindante con Portland, Oregon, se vieron caer miles de abejorros que tapizaron el estacionamiento de un supermercado Target. Se estima que fallecieron 25,000. Un día antes, los árboles aledaños habían sido fumigados con el insecticida Safari (otro neonicotinoide) para protegerlos de… las plagas de insectos. Fue así como el abejicida había sido agarrado con las manos en la masa. Las posibles dudas habían sido disipadas.
A partir de la década de los 90´s las grandes compañías semilleras absorbieron a las más pequeñas con lo cual se creó un  monopolio tremendo, actualmentel, tan sólo 4 compañías controlan  el 60% de todas ellas. Para desgracia de los agricultores, éstas empresas venden todas sus semillas recubiertas de  neonicotinoides, a pesar de que hay estudios de la misma EPA (Agencia para la Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos) en los que afirman que de ninguna manera aumentan la producción de las cosechas, más aún, reconocen que estos insecticidas destruyen insectos benéficos que ayudan a controlar las plagas no deseadas, fulminan a las abejas, con lo cual se disminuye la polinización y, por lo tanto, disminuyen las cosechas.  Otra razón por la cual los agricultores se ven precisados a comprar ésta clase de semillas es que eso les permite acceder a asegurar su cosecha, con otra clase de semilla simplemente no les es posible.
Los neonicotinoides son  pesticidas usados en más de 120 cultivos (frutales, vegetales, maíz, canola, gramíneas). Se disuelven en el agua y pueden ser aplicados en el suelo o se recubre la semilla con ellos. Al nacer la planta el insecticida  se propaga por todas sus partes y permanece ahí toda su vida. Cuando las abejas llegan a recolectar el polen su cuerpo entra en contacto con el pesticida que le ataca su sistema inmunológico, afectando su habilidad para navegar, entorpeciendo así su camino a casa. Si no llega, tampoco llega el alimento y la colonia sufre, pero si es capaz de arribar con su cuerpo y polen contaminados, entonces toda la colonia se contamina.
En nuestro país, en Campeche y Yucatán, para ser más exactos, se libra una batalla de los campesinos-apicultores mayas contra la siembra de la soya transgénica. Una de las principales actividades económicas de los indígenas es la cosecha de miel. Uno de cada cuatro litros producidos en nuestra nación proviene de esa región y es orgánica, debido a esto tiene asegurada su comercialización en Europa. Pero, con la introducción de la soya transgénica a esa región esta actividad se ha visto en grave riesgo, éstas son las razones:
*Los neonicotinoides (Clotianidina, Safari, Cruiser, Imidacloprid, Tiametoxan, Fipronil, Actara, Sulfoxaflor, Dinotefuran) usados en la siembra de la soya transgénica son mortales para las abejas.
*Las abejas al recolectar polen en  esos sembradíos  contaminan la miel con restos de los herbicidas e insecticidas ahí esparcidos, con lo cual su miel deja de ser orgánica y es rechazada en Europa.
*Para sembrar la soya transgénica se necesitan enormes extensiones de suelo, tan sólo en el 2013, en Campeche, se deforestaron 38,000 hectáreas de selva virgen. De esta manera, las abejas perdieron espacio y vegetación para recolectar su polen y disminuyeron su producción. Otro problema que se incrementa con la deforestación es el del calentamiento global. Los árboles tienen la función de aspirar dióxido de carbono de la atmósfera y fijarlo en el suelo. Al talarlos, estamos contribuyendo a su incremento.
*En el 2012, se otorgaron permisos para la siembra de soya transgénica en 253,000 hectáreas distribuidas en la península de Yucatán, la Huasteca y Chiapas. A  Monsanto se le concedió el 60% de los permisos.
Cómo se puede apreciar, ambas actividades son incompatibles, no pueden co-existir. Por un lado el derecho de los pueblos mayas a vivir en un medioambiente sano y a ganarse su sustento mediante la apicultura, por el otro el derecho de las trasnacionales como Monsanto Syngenta, Dow, Pioneer y otras,  a obtener beneficios.
Desgraciadamente, la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la que suspenden la siembra de soya transgénica no se basó en las afectaciones a la actividad económica ni a las afectaciones a la salud mucho menos al problema del cambio climático o por el uso indiscriminado de pesticidas de los cultivos de soya transgénica sino en el hecho de que no se respetó el derecho a la consulta previa, libre e informada de las comunidades.
Con esta resolución, queda abierta la posibilidad para que esos permisos puedan ser otorgados otra vez. En estos días, ya se estaba trabajando acerca de la fecha y la forma en que ésta se estará realizando.
Mientras tanto los indígenas de Quintana Roo también han interpuesto un amparo contra la siembra de soya transgénica. Ellos confirman que en el ejido de Salamanca de 18 muestras tomadas 8 resultaron transgénicas. Este ejido ésta ubicado en el municipio de Bacalar. Por su parte el Delegado de la Secretaría  de Agricultura en ese Estado, César Armando Rosales Cancino niega que exista tal contaminación. Lo cual no es nada extraño, ya que éste gobierno tiene como política de Estado el impulso de  la siembra de transgénicos a la que pomposamente llaman “Agricultura Climáticamente Inteligente”.
¿Climáticamente Inteligente?            ¿Sabía usted qué?
El más “Grande Desastre Ecológico” provocado  por la acción humana ha estado ocurriendo desde agosto y  desgraciadamente no tiene para cuando terminar. Me refiero a los incendios incontrolables que azotan a Indonesia y que han sido ocasionados  por esta clase de “Agricultura Climáticamente Inteligente”, que en su afán de extender al máximo la siembra de palma africana ha deforestado miles de hectáreas de selva poniendo en peligro la flora, fauna y medioambiente de ese país. Más aún, éste año, debido al humo provocado por los incendios ese país ha superado a los Estados Unidos en la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. ¿Cómo la ve?
¿Qué cómo pasó? Al talar grandes extensiones de selva comercializan la madera que les resulta económicamente rentable y los residuos, restos o como le quiera llamar, son quemados. Y, en una de esas… el fuego se propagó de manera incontrolable. Ésta es una de las mayores contribuciones que ha hecho ésta mal llamada “Agricultura Climáticamente Inteligente”. Nomás faltó que le hubieran agregado el adjetivillo ese tan de moda llamado  “de Calidad”.
**Los incendios descontrolados que azotan Indonesia a pesar de su duración y magnitud, ha sido una de esas noticias silenciadas por la gran mayoría de  la prensa mundial.
Antonio Ávila Rosas, Profesor Normalista Rural.  donchuchorosas@hotmail.com
Oriente Michoacano a 28 de noviembre del 2015.
BIBLIOGRAFÍA
“Campesinos y apicultores se amparan contra soya transgénica en Bacalar, Quintana Roo”. Nota Periodística. Autora: Matilde Pérez U. Fuente: La jornada. Fecha: 8 de diciembre del 2015.
“Seed Treatment: Farmers Forced to Accept Poison on Seeds”, Artículo. Autor: Dr. Mercola. Fuente: Mercola.com. Fecha: 24 de noviembre del 2015.
“El ya no tan misterioso abejicidio mundial”, Artículo. Autor: Antonio Ávila Rosas. Fecha: 7 de junio del 2014.
“Indonesia is burning. So why is the world looking away?”, Ártículo. Autor: George Monbiot. Fuente: monbiot.com . Fecha: 30 de octubre del 2015.
“Otorga la SCJN amparo a apicultores mayas contra Monsanto”, Artículo. Autor: Mathieu Tourliere. Fuente: Semanario Proceso. Fecha: 4 de noviembre del 2015.