DE LA SECA DE 1940 A AHORA

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Por Rodolfo González

Mi abuelo Manuel, de 90 años fue campesino toda su vida. Ahora, invidente, cuenta con los ojos cerrados y con la memoria abierta*:

“Cada año, antes de llegar el tiempo de la lluvia, la gente se preparaba”.

“Unos yendo al cerro con sus burros por cargas de leña, para asegurar combustible seco pál fogón en todas las aguas. Otros seleccionando semillas y construyendo en su mente el diseño de siembra de acuerdo a los anuncios y predicciones climáticas. Los más fuertes al coamil y a la parcela, a destronconar y al desmonte, para dejar todo listo y recibir las primeras lluvias con las cuáles llegábamos toda la familia a la parcela Coa y semilla en mano pá la siembra”.

“Siempre se aseguraba cosecha. ¿Plagas, cuáles? Los tejones si acaso o a veces una granizada pero porque nos portábamos mal con la naturaleza. Pero jamás el granizo nos dejó sin cosecha. Si acaso eran los tejones y tésmos los canijos, que se comían mucho sobre todo en tiempo de elote. Pero ni tanto, cada familia tenía mínimo dos perros que siempre acompañaban a la yunta y estos se encargaban de correr a los tésmos y tejones. No echábamos fertilizantes ni químicos porque ni habían y yo creo que ni se necesitaban, ps siempre hubo cosehca suficiente pá los animales, pá la familia y hasta pá vender”.

“Ahora sí está jodida la situación. Poca gente siembra maíz. Poca gente tiene semilla. Pocas tierras conservan su fertilidad. Pocas gentes tienen perros que les acompañen a la parcela. Los tejones y los tésmos comen a placer. Como pocos tienen maíz y siembran, muchos son los que van y cosechan, te saquean, te roban esas ratas de dos patas. Pero también hoy la gente tiene que comprar desde semilla, fertilizantes y químicos que pal gusano, que pá la nesticuil y pagar tractor, siembra y cosecha y ¡zás! al final resulta que ni llovió. Y entonces ni cosecha, ni maíz pero muchas deudas”.

“Fue en el año de 1940, aquí de la sequía, de un temporal muy malo, de los más malos que tengo memoria. Ese año de plano, no llovió. No corrieron los arroyos, no se hicieron charcos, apenas y el jilote salió pero ni cargó. El pueblo y las familias no tuvimos cosechas y menos mal que muchos guardábamos grano que nos amortiguó un poquito. Pero de todos modos tuvimos que salir a comprar o truequiar. Jinio, mi suegro, me acuerdo, yo tenía como 10 años, estuvo yendo a Cuatlancillo, Municipio de Tonaya a traer cargas de maíz. Allá si llovió, quien sabe por qué. Pero sí, iban él y como cinco gentes más. Duraban dos días. Uno pa ir y otro pa regresar. Bueno, yo no sé si en realidad eso duraban o se quedaban allá pá echar copa o andar de volados con otras viejas.”

“Yo me acuerdo que llegaban como seis burros con sus cargas de maíz y ya muchas señoras los esperaban aquí, En La Ciénega, con su baldecito pá comprarles más que sea una medida, pal nixtamal y las tortillas. Mi suegro hizo negocio. La medida la vendía a buen precio o la cambiaba por alguna gallina.”

“Pero sí, ese año fue crítico. Hay quien decía que porque la Divina Providencia estaba enojada, pues en el rancho había un joto (el primero del que tengo memoria) y hay quienes tenían creencia de que por eso no llueve. Pero yo no creo eso, ps ¿qué tiene que ver? Yo creo que ya nos tocaba. Dios por algo hace las cosas. Seguro algo que hicimos mal lo pagamos en ese año.”

“Sí está canijo, no recuerdo otro año así de seco, de cabrón pues, que no lloviera como este año desde 1940. Lo bueno de antes, es que la gente tenía muchos lados de onde sacar comida o tenía cosas o animales pues pa cambiar y aparte sabíamos trabajar. Ahora este año sí que está más cabrón já, imagínate nomás todos los que siembran se endeudan primero. Ya no tendrán ni comida ni dinero pá pagar.”

“Pero de 1940 para ora son setenta y tantos años y como te digo, desde entonces ningún año así de seco como este, muchos están llorando, no es pa menos, la droga es grande.”

“Lo que dices que cañones antigranizo, yo ni siquiera entiendo. ¿porqué tendrían que dispararle a las nubes?. Que yo sepa el granizo a nosotros nunca nos dejó sin alimento. Y si hay granizo o cai granizo del cielo es por algo. Imagínate a los campesinos disparándole a las nubes pá que no caiga granizo, pendejadas. Que le disparen a su madre cuando esta quiera regañarlos, a ver”.

*Lo arriba escrito, es una transcripción de varias conversaciones con el abuelo Manuel, que cada vez que cierra sus ojos ciegos, abre la memoria clarividente.