Semilla y biodiversidad del maíz

maize

Antonio Turrent Fernández*

La autoproducción y el intercambio de semilla que se practican en la agricultura campesina
son la mejor defensa de la biodiversidad del maíz nativo y a la vez, el mayor obstáculo para el
establecimiento total del mercado oligopólico de semilla de maíz en México. Por esto es que
los intereses trasnacionales buscan satanizar y eliminarlas, y para ello aplican varias
estrategias complementarias: 1) la legal, que incluye la criminalización de esas prácticas; 2) la
cooptación de algunos servidores públicos, científicos e instituciones; y 3) la transgenización
regional del cultivo, con su acompañante y oculta contaminación genética del maíz nativo. Y
esto se edulcora con promesas de autosuficiencia inocua de nuestro principal alimento,
protección de la ecología, abaratamiento del alimento, y otras dulzuras. Todas ellas, sin
garantía de cumplimiento y sin fiador, al cabo que el desenlace sería irreversible y trascendería
al periodo sexenal, lo que les conferiría impunidad.
La autoproducción y el intercambio de semilla son parte medular del Mejoramiento Genético
Autóctono del Maíz (MGAM), desarrollado por el habitante de Mesoamérica durante más de
seis mil años (www.cec.org/Storage/53/4534_Maize-Biodiversity- Chapter1_en.pdf). Con ese
procedimiento organizó las biodiversidades del teocintle (zacate nativo, ancestro del maíz) y la
que apareció en el maíz postdomesticado, habiendo desarrollado 59 o más razas nativas de
maíz en México, todas aptas para el consumo humano. En conjunto, estas razas hacen viable la
producción de maíz en todos los agronichos de México, no sólo los más productivos. El
propósito aparente del habitante mesoamericano ha sido optimizar los atributos rendimiento,
adaptabilidad y estabilidad de la producción, sus características nutricionales, organolépticas y
nutracéuticas, y conservar su biodiversidad. En cambio, el mejoramiento genético moderno
sacrifica la biodiversidad y enfoca sólo a los tres primeros atributos.

Es posible que el reservorio genético del maíz nativo y del teocintle, cuya ancestría cubre
millones de años incluya la tolerancia genética a tensiones ambientales extremas, como la
sequía y las altas temperaturas letales y otras, que dentro del cambio climático amenazan la
seguridad alimentaria mundial. Es bien sabido que esos caracteres son ampliamente
multigénicos de herencia compleja, y recalcitrantes a la manipulación. La tolerancia no
implica inmunidad, tan sólo el que pueden producir grano a pesar de la tensión ambiental
extrema. Las plantas que reunieran estos caracteres deseables serían sumamente raras dentro
de la biodiversidad. Es también lugar común, que las colecciones de este reservorio genético y
de otros de la red mundial de bancos de germoplasma, no agotan la biodiversidad de cada
especie. Para proteger los caracteres de tolerancia genética contra su eliminación a priori en el
proceso de modernización agrícola comercial, sería necesario que fueran explícita y
legalmente protegidos, junto con el MGAM y los productores campesinos que lo practican. Se
requiere crear los incentivos específicos para que los productores campesinos colaboren con la
comunidad científica en la búsqueda de esas raras plantas genéticamente superiores.

La dimensión vasta del reservorio genético del maíz disperso en la geografía y climatología de
México, así como su biología reproductiva hacen del MGAM herramienta inmejorable para
buscar esas raras plantas de maíz que prometen adaptación al cambio climático. En conjunto,
los campesinos mexicanos manejan cada año gran parte de ese reservorio genético, en un
megaexperimento de MGAM en paralelo. Cada año, siembran alrededor de 100 mil millones
de plantas de maíz en su inmensa mayoría genéticamente diferentes entre sí. En su etapa
reproductiva, cada planta produce hasta 27 millones de granos de polen y 500 o más óvulos,
todos sometidos a barajeo genético, como estrategia para anteponer biodiversidad a las
cambiantes condiciones de la naturaleza. Se requieren muchos millones de cruzamientos libres
dentro del reservorio genético del maíz para que surgiera al azar el genotipo con la
combinación óptima de alelos de los centenares a miles de genes que definen al carácter de
una tolerancia específica. La polinización cruzada apoyada en el intercambio local de semillas
de la agricultura campesina (espacio simpátrico) y en la introducción de material genético
geográficamente distante (espacio alopátrico), y el tiempo acumulado de casi seis mil años de
MGAM hacen marginalmente probable que esos genotípicos superiores ya hayan sido creados.
En el escenario de su búsqueda, habrá de coincidir también la manifestación extrema del
cambio climático. Es vital para la seguridad alimentaria encontrarlos y aprovecharlos
sabiamente.
Nuestra generación tiene la oportunidad de proteger este tesoro contra el lucro voraz
trasnacional, así como de las instituciones que proponen una segunda revolución verde en
México mediante la sustitución de la biodiversidad del maíz por uniformidad, y que los bancos
de germoplasma existentes sustituyan a la biodiversidad del maíz nativo.
*Investigador Nacional Emérito del SNI, miembro de la Unión de Científicos Comprometidos
con la Sociedad