La mujer indígena jornalera y la Caravana Nacional

Matilde Miguel Domínguez

Foto: Tlachinollan

Hijos de la Tierra, Sinaloa, (08/03/2017). Hablar de género resulta importante, es un tema que necesitamos dialogar junto con las compañeras de San Quintín para el desarrollo de mujeres y hombres, por ende, la construcción de sociedades más justas. Es preciso señalar que todo individuo está sujeto a las políticas públicas ya que con la existencia de diversas problemáticas como la pobreza, el desempleo y el medio ambiente requieren la participación del Estado para combatir la desigualdad social y mejorar la condición de vida de la población, tal es el caso de las mujeres indígenas jornaleras. Cabe mencionar que como mujer es más limitada nuestra participación en el espacio laboral, ya que enfrentamos una triple discriminación; por ser indígenas, ser mujeres y pertenecer a la clase trabajadora.

Es necesaria la participación y el esfuerzo de las instituciones para ampliar los servicios de calidad y atención hacia la mujer indígena para contribuir en su bienestar, así disminuir la desigualdad, la inequidad, la exclusión, como también la discriminación hacia estas personas. Ya que de acuerdo a los principios de igualdad y de no discriminación los Estados deben esforzarse para que sus políticas no sean excluyentes y por el contrario eliminen las condiciones de desigualdad que vulneran los derechos humanos de las personas.

 

El principio de igualdad exige políticas destinadas a una distribución equitativa de los beneficios, poniendo especial atención en los sectores más vulnerables y marginados de la sociedad. El principio de no discriminación, ninguna política ya sea en su elaboración o aplicación podrá establecer distinciones basadas en motivos de raza, color, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, religión, origen nacional, u otra condición. (Comisión Andina de Jurista, p.10)

La igualdad entre hombres y mujeres no son aplicables en la realidad cotidiana, ya que entra en contradicción con las creencias culturales de que el hombre tiene más poder y el mando sobre la mujer, lo cual repercute de manera directa y desequilibrada, el ejercicio de derechos y la satisfacción de necesidades, sin embargo todas las personas somos iguales, y por ende, los mismos derechos.

Los factores con que se enfrentan cotidianamente las mujeres y hombres indígenas son, el racismo y la discriminación, para enfrentar esta problemática se deben diseñar estrategias que vallan desde el reconocimiento formal de las identidades y derechos colectivos, hasta la formulación de políticas públicas acordes a los programas y fortalecimiento de los mismos, con una cooperación regional e internacional, así como también, profundas reformas estatales.

 

Las condiciones de vida que enfrentan las mujeres indígenas que residen en los campos agrícolas de Sinaloa son deplorables, ya que no cuentan con los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades, por tanto esta situación debe ser uno de los principales punto de discusión y promoción por la humanización del trabajo de las jornaleras.

 

“No paramos y no volveremos a estar de rodillas” ”Sin mujeres no hay revolución”